miércoles, 2 de diciembre de 2015

Manuel



SOLEARES (mm)
...
Tú eras buena y eras mala,
pero, como te quería,
toíto te lo pasaba...
Toíto te lo pasaba...
Y ahora, como no te quiero,
se acabó lo que se daba.
No te quiero decir na...
No quiero que se te ponga
la carita colorá.
Se te olvidaron, serrana,
las cositas que decías
y los suspiros que dabas.
 
Vete, tonta, que es igual...
Tú eres moneda que rueda
y a la mano te vendrás.
 
No hay mentira en el querer:
que te quise era verdad...
Que no te quiero, también.
 
Cuando te encuentro en la calle,
el corazón por la boca
de fatiga se me sale.
 
Yo me agarro a las paredes
cuando te encuentro en la calle,
chiquilla, pa no caerme.
 
Tonto es el que mira atrás...
mientras hay camino alante,
el caso es andar y andar.
La veredita es la misma...
pero el queré es cuesta abajo,
y el olvidar, cuesta arriba.
Penitas sufro crueles
de aquellas que no se dicen
y son las que más se sienten.
Yo te quiero sin querer;
que te he tomaíto el cariño
cuando menos lo pensé.
 
 
La fortuna y las mujeres
son loquitas de igual vena:
quieren al que no las quiere.
 
 
Yo voy de penita en pena,
como el agua por el monte
saltando de peña en peña.
 
Me va faltando el sentío.
Cuando estoy alegre, lloro;
cuando estoy triste, me río.
    
Tengo un querer y una pena.
La pena quiere que viva;
el querer quiere que muera.
 
 
Tu calle ya no es tu calle,
que es una calle cualquiera,
camino de cualquier parte.
 
¡Pobrecito del que espera,
que entre el ayer y el mañana
se va muriendo de pena!
 
Unos ojos negros vi...
Desde entonces en el mundo
todo es negro para mí.
 
Enseñanzas del vivir...
yo ya no se que pensar,
ni siquiera qué sentir.

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