lunes, 25 de agosto de 2014

Vinieron como golondrinas. William Maxwell

William Maxwell
Vinieron como golondrinas
pp. 156 Ed. Asteroide
Periodista, durante cuarenta años el editor de ficción de The New Yorker; publicó a autores como Salinger, Updike, Cheever o Flannery O’Connor.

          La historia es contada por los tres miembros de una familia: un niño de ocho años, su hermano mayor (debe tener 12 o 14) y el padre de ambos. Los tres hablan de su madre y esposa. Tres formas de mirar el mundo y de experimentar el dolor, tres puntos de vista para componer el retrato de la madre.

          1. Me ha gustado: porque es breve; porque toca temas que me interesan: el dolor, la muerte, lo que supone una madre, la familia inmediata y próxima. Es un homenaje a las madres que dan su vida por la familia ­–aunque no sea un trabajo remunerado-, sin ella, nada tiene sentido

          2. No me ha gustado que: No aparece un miembro femenino en la familia que complete el cuadro. Es otra sensibilidad a aportar. La idea es muy buena, el desarrollo … demasiado breve, o no ha sabido definir con trazos más firmes la visión de cada uno. No ha acabado de cogerme.

          Bunny, el hijo pequeño, su madre como un ángel custodio, una protectora nata bajo cuyo amparo nada malo puede suceder;
          Robert, el hijo mayor, la contempla como alguien que intercede por su hermano menor constantemente, relegándole a un injusto segundo plano; también aporta una faceta diferente y sutil: la percepción de su madre como un ser frágil y necesitado de apoyo
          James, el marido, es sin duda la más clarificadora: para él, nada tiene sentido sin Elizabeth; descubre que la vida que él ha conocido, ordenada y sin perturbaciones, se ha sostenido por la intervención de ella, ahora nada encaja.


Nota: 7

No hay comentarios:

Publicar un comentario