jueves, 3 de junio de 2010

Razones para la Fe


Styria de Ediciones y Publicaciones
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) está conside­rado como uno de los más grandes escritores que ha dejado el siglo XX.
Copio de la Introducción y añado despuer de copiar PERDONAD QUE, contra mi costumbre, HAYA SALIDO TAN LARGO:
… Este conjunto de ensayos escritos en el estilo polémico que le caracteriza, es la historia de una conversión meramente ideológica. En él Chesterton se declarará ardiente seguidor de la concepción cristiana de la vida pero sin declararse cristiano.
… él mismo escribió que en su juventud el ambiente que reinaba a su alrededor era el de la ortodoxia atea, «postura que gozaba de prestigio»— lo que provocó en él una reacción hacia la humildad, el sentido de la vida y la búsqueda de los principios religiosos, a los que llegó por la fuerte impresión que le causó la idea del pecado visto, como se ha dicho en ocasiones, al trasluz de las tentaciones cerebrales de la adolescencia…
…«Creo que mi caso era bastante corriente. Sin embargo, el hecho es que ahondé lo suficiente para encontrarme con el demonio, incluso para reconocerle de manera oscura».

… «Si alguien me pregunta, desde el punto de vista exclusivamente intelectual, por qué creo en el cristianismo, sólo puedo contestarle que creo en él racionalmente, obligado por la evidencia».

Esa evidencia a la que Chesterton alude es que la sociedad tiene como verdaderos tres principios que, analizados con coherencia y objetividad, son falsos de por sí. Estos argumentos, aceptados como legítimos por la sociedad pero equivocados en el fondo, son :
- que el hombre es un ser humano considerado como un animal que ha evolucionado,
- que la religión surgió a consecuencia de la ignorancia y el miedo y
- que las sociedades cristianas se han visto mediatizadas por los abrumadores anuncios de los sacerdotes.
Chesterton rebate con decisión estas ideas:
«Se dice que el paganismo es la religión de la alegría, y el cristianismo la religión del dolor, pero igual de fácil es probar la proposición inversa. Cuando el pagano contempla el verdadero corazón del mundo, se queda helado. Más allá de los dioses, que son simplemente despóticos, está el hades, el reino mismo de la muerte. Y cuando los racionalistas afirman que el mundo antiguo era más ilustrado que el mundo cristiano, no les falta razón desde su punto de vista, pues por ilustrado entienden: enfermo de desesperaciones incurables.
La alegría, que era la pequeña publicidad del pagano, se convierte en el gigantesco secreto del cristiano.

Y al cerrar este volumen caótico, abro de nuevo el libro breve y asombroso de donde ha brotado todo el cristianismo, y la convicción me deslumbra. La tremenda imagen que alienta en las frases del evangelio se alza, en esto y en todo, más allá de todos los sabios tenidos por mayores. »

Y éste es el asombro de la religión: haber transformado un barco hundido en un submarino.

¿Cómo afirmar que la Iglesia quiere hacernos retroceder hasta las edades oscuras, cuando a la Iglesia debemos el haber podido salir de ellas?

«Platón os comunicó una verdad, pero Platón ha muerto. Shakespeare os deslumbró con una imagen, pero no lo hará de nuevo. En cambio, figuraos lo que sería vivir con ellos, saber que Platón podría leernos mañana algo inédito, o que Shakespeare podría conmover al mundo con una nueva canción. El que está en contacto con la Iglesia viviente es como el que espera encontrarse con Platón o Shakespeare todos los días, en el almuerzo, con nuevas verdades desconocidas».

Para Chesterton «no existe ninguna otra institución estable e inteligente que haya meditado sobre el sentido de la vida durante dos mil años. Su experiencia abarca casi todas las experiencias, y en particular casi todos los errores. El resultado es un plano en el que están claramente señalados los callejones sin salida y los caminos equivocados, esos caminos que el mejor testimonio posible ha demostrado que no valen la pena, el testimonio de aquellos que los han recorrido antes».

Nota:10

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